A los 72 años, Almodóvar sigue utilizando su genio para crear obras nuevas y sorprendentes. Este año, estrena Madres Paralelas, resultado de un largo trabajo realizado durante el confinamiento, en competición en la Mostra de Venecia. Es un guión del que ya había tenido la idea en 1999 y había hablado con Penélope Cruz, para quién en 2020, escribió su largometraje. Crea para su actriz fetiche, un nuevo personaje, como siempre muy diferente de los seis precedentes que ha podido interpretar con él, Janis, una mujer fuerte e independiente que seguimos a lo largo de la trama, que la sublime Penélope Cruz encarna a la perfección, y recibe el premio de interpretación en Venecia, por este papel. Encontramos numerosos elementos propios del universo del director de cine : los trajes y los decorados coloridos, en el aire del tiempo, las mujeres y las actrices recurrentes, las referencias al arte, un cierto activismo, grandes temas como el de la familia, la maternidad, la homosexualidad... Como siempre, Almodóvar toma todo lo que está en su posesión para llegar a crear un universo bien definido : una formidable gestión de la fotografía, ángeles et movimientos de toma originales, transiciones entre los planos trabajados (un fundido negro después de un zoom progresivo en una taza de café, los flashes de la cámara que dejan paso a los créditos genéricos...). La música también acompaña los sentimientos de los personajes, y el suspenso que reina a lo largo de la trama, y numerosos muchos símbolos ingeniosos o poéticos vienen inconscientemente orientar la comprensión del espectador. Pero Almodóvar se pierde un poco en su efervescencia de ideas y puedo entender que entonces algunos emitan reservas. Algunos dicen que hace la misma película todo el tiempo, otros que hay demasiados temas que se mezclan, a veces sin tomarse el tiempo de tratarlos por completo. Creo que es cierto que Madres Paralelas tiene suficiente material para dividirse en dos o tres películas diferentes. Es cierto que algunos temas pasan a veces a un segundo plano, cuando podrían representar un tema de película por sí solo. Pienso en la violación que sufrió Ana, que se menciona pero no aparece de nuevo, por ejemplo. Otros se citan con más frecuencia, pero tal vez hubiera sido necesario un desarrollo más profundo, como el de la muerte súbita de Anita, o el de la dificultad de abandonar de la noche a la mañana a la niña que Janis ha criado hasta ahora como su hija. Almodóvar trata también y por primera vez el tema de la guerra civil, y a pesar de las imágenes conmovedoras que nos ofrece, encuentro que también pasa un poco atrás con respecto a los demás, me habría gustado que se interesara más. A pesar de todo, nos muestra la vida real, y como espectadores acostumbrados a las historias extraordinarias, hacemos fácilmente los difíciles. Por regla general, me ha gustado mucho esta nueva película del famoso realizador español. Sigue sorprendiéndome y ver sus películas es siempre un momento de gracia. ¡Yo recomendaría!