Sorprendente adaptación fílmica, no tanto por su registro neorrealista, sino porque tras las cámaras se encontraba uno de los directores ateos por antonomasia, Pier Paolo Pasolini, y, como protagonista ante ella, un sindicalista español agnóstico, Enrique Irazoqui. Leyendo en clave marxista el evangelio según San Mateo, Pasolini mantuvo una ...