A comienzos del siglo XX, el sultán de Marruecos Moulay Abd el-Aziz quiere introducirse en los misterios de la cinematografía, y busca alguien que le guíe. Su camino se cruzará con el de Gabriel Veyre (Félix Moati), operador de cámara de los hermanos Lumière, creadores de este arte. Durante una salida al campo a las orillas del río Ródano, se encontrará un anuncio que reclama la ayuda de un experto cinematógrafo para instruir al sultán. Dos semanas más tarde, el técnico obtendrá un contrato de tres meses para iniciarle en la técnica. Aunque, antes de darse cuenta, esos tres meses se convertirán en treinta años.