Después de ser resucitado por una entidad siniestra, Art the Clown regresa al condado de Miles, donde debe cazar y destruir a una adolescente y a su hermano menor en la noche de Halloween.
Si bien la primera entrega no tenía nada de historia, Leone en esta segunda entrega pasa de no tener nada a tener una historia con múltiples argumentos, donde los personajes se trabajan más y donde trata de atar todos los cabos pero dejando el trabajo final a los espectadores quienes deberán unir las piezas. El subtexto por otro lado, trata temas como las enfermedades mentales, el destino, los traumas y la familia, pero sin aportan realmente nada interesante en ningún aspecto, te propone todo de la forma más simple, sin arriesgar en nada y optando por la moral más sencilla y populista, contrapuesto a lo que es el film en sí o a lo que al menos lo eran sus dos antecesores (All Hallows Eve y Terrifier), donde no se cortaban ni un pelo y los cuales se sentían con más personalidad y crudeza.
Una historia muy pobre como para que la obra dure dos horas y veinte, es demasiado para algo tan burdo y surrealista, John Ford con la mitad de tiempo te cascaba un peliculón con una historia mucho más elaborada y mejor contada, para que alargarla tanto si no tienes tanto que contar.
La historia va decayendo conforme avanza, el guión empieza bien pero el final es soporífero, como puede ser que la resolución de este sea que la protagonista se convierte en una especie de diosa inmortal que revive mágicamente gracias a una espada en una de las escenas más cutres que he visto en una película tan popular en los últimos años. Sé que Art representa una especie de demonio, el culmen de la perversión humana y de todos los males, un ser que disfruta con el sufrimiento ajeno y que nuestra protagonista es la antítesis, un ser angelical que representa todo lo bueno de esta Tierra y enviado para derrotar a este, se ve claramente lo buena que es cuando sale de fiesta y no quiere beber.
Tocando otros aspectos técnicos, el trabajo de cámara está bien, cumplidor, el gore por un tubo, una cantidad de sangre tremenda, las escenas están muy bien conseguidas, la iluminación no me mata mucho pero se soporta y la paleta de colores está bien, con alguna escena onirica donde los colores sí que son muy bonitos y expresivos. Art por otro lado es un personaje con mucho gancho, un gran antagonista y Howard Thornton lo hace genial, un gran trabajo en los gestos y las expresiones.
No se, me deja muy tibio, quitando las escenas sangrientas y alguna aparición más de Art, bañado durante toda la peli en un humor negro y ácido, es muy floja, porque no puedes reducir todo a 3 escenas "chulas" puntuales, y no me puedo ver una película de dos horas y veinte para esto. Un 3'8.