En sus momentos de mayor inspiración, el director teatral y cineasta Mike Nichols es un especialista en sacar portentosas interpretaciones de sus actores, a los que deja moverse por la escena y siempre retrata en sus momentos de mayor esfuerzo. Las tempranas '¿Quién teme a Virginia Wolf?' (1966) y 'El graduado' (1967) son ejemplos básicos de su talento, también presente de manera innegable en 'Una jaula de grillos', pero mucho más diluido en las aguas del 'remake' semi-fotocopia, en este caso de la comedia francesa 'Vicios pequeños' (Edouard Molinaro, 1978).
Dándole una vuelta de tuerca a la típica comedia de enredo en la que los padres de la joven pareja a punto de casarse no se aguantan, la película enfrenta a una pareja de homosexuales maduros contra un matrimonio tradicional y ultraconservador. Es la oportunidad de Robin Williams y Nathan Lane para dar rienda suelta a la pluma, creando secuencias de absoluto delirio cómico, pero cayendo en la caricatura pasada de vueltas en otras tantas