Una angustiada madre (interpretada por Halle Berry) junto a sus dos hijos gemelos, ha construido una vida de aislamiento en una cabaña en el bosque, rodeados por la constante presencia de un espíritu maligno.
Para protegerse, los tres están obligados a permanecer siempre conectados físicamente, llegando al extremo de atarse con cuerdas para mantenerse unidos. Esta tensa coexistencia se ve amenazada cuando uno de los niños comienza a cuestionar la existencia del mal que los rodea, desatando una cadena de eventos que fracturan los frágiles lazos que los mantienen unidos.