Gran película soportada por la genial actuación de Bardem. Buen guion en algunos momentos histriónico pero en general creíble y en el fondo sin concesiones, hace que la película no pierda ritmo en ningún momento. Barden nos hace identificarnos con el personaje del patron para después llenarlo de crueldad y convertirlo en una especie de arquetipo como los de Moliere en la España de hoy, donde tantas veces el fin justifica los medios.