Opiniones sobre El lodo

Mucho "Lodo" en este vasto dramón humanitario expuesto cinematográficamente para concienciar almas. Ecología y humanidad rural enfrentados visceralmente en una delicada balanza.

La película es muy luminosa al estar rodada en espacios naturales, aunque, en ocasiones, algo premiosa... hasta que se desata la furia. E Iñaki Sánchez compromete a un gigantesco elenco de actrices y actores, que merecería, cada uno de ellos, un Goya. Si os gusta el cine, vedla, amigas/os. .IMPAGABLE. .4️⃣/5. ..PICARD..

Película española 2021, de una duración de 111 minutos, con una valoración de 6/10, bajo dirección y guión de Iñaki Sanchez Arieta, con un presupuesto de 1,5 millón.

Ricardo (Raúl Arévalo) retorna tras muchos años al pueblo en el que nació de la mano de su mujer (Paz Vega) y su hija pequeña, una tierra de señora y arrendados arrozales. Después de haber trabajado en Brasil y en los Estados Unidos, como biólogo agrícola de profesión, y en el que en este proyecto intentará proteger la reserva natural albufera de su pueblo, azotada por una sequía; aunque sus medidas no tardarán en levantar ampollas entre unos vecinos reacios a que Ricardo condicione sus anacronicos hábitos de actuación.
Los habitantes de este pueblo van más allá del estereotipo, para convertirse en violentos descerebrados que no conocen el sosiego y no son capaces de articular una sola frase sin incluir en ella la exclamación “por mis cojones”. Este sitio, en lugar de un pueblo real, parece uno de esos excéntricos y profundos lugares prohibidos del cine de terror, en los que nadie parece andar muy bien de la mollera.
Tan solo uno de entre todos los paisanos de su padre está a su lado, dispuesto a escuchar las propuestas de Ricardo, a quien tampoco se le ocurre en ningún momento adoptar un tono conciliador sabiendo lo que se le puede venir encima. En esta película, absolutamente todo se comunica a gritos.

 La narración está repleta de pobres diálogos explicativos que nos cuentan, no siempre con el mayor de los aciertos, cosas que nos deberían mostrar a través de las imágenes y de matices en la actuación. Desafortunadamente, ni  los mejores actores puede hacer maravillas en la piel de un personaje sin profundidad y con diálogos extraños. Menos cuando se les parece haber indicado poco más allá de que sus personajes siempre están cabreados siendo amenazantes. Vemos actores de cierto renombre ofrecer interpretaciones que se quedan lejos de otros trabajos, y ante todo ver en los momentos más dramáticos como se afronta con más oportunidad y valentía que acierto con la que enganchar al espectador.

De la trama cuesta creerse que a la primera de cambio, el protagonista se vea amenazado en compañía de su hija, a punta de escopeta por un furtivo, simplemente por recordar que se encuentra en un lugar en el que la caza está prohibida. Tanto o más cuesta creerse que un biólogo con experiencia internacional, al que no parece faltar el trabajo, se empeñe en jugarse la integridad física y la estabilidad de una familia que ya llegaba tocada, solo por un meridional sentimentalismo lugareño. También cuesta asimilar que la guardia civil, ni autoridades oficiales, desaparezcan como si no existieran, cuando ya había indicios de un presunto asesinato anterior, en la mas pura ley del far west. No encaja contratar a un biólogo agrícola, para después todo el pueblo odiarlo a muerte. El orgullo y la ambición son enemigos poderosos de la razón; pero, honestamente, el protagonista que se nos presenta no está, ni de lejos, en la necesidad de pasar por todo lo que pasa en la línea argurmental del largometraje.
La parte familiar sentimental, tan poco es que encaje con el papel de la desdibujada niñera, y ante la transcendencia que obtiene en el final.

Por lo que se convierte en filme con una interesante intención, en el que se ve desbordado por los contras, delimitándose en la altura de la media tabla en su valoración.
Es una propuesta ambiciosa, pero con un desarrollo torpe en la construcción de sucesos y en los diálogos, y con unos personajes difíciles de creerse.
Personalmente confieso le tengo concedida mucha fe a Raúl Arévalo, pero parece ser que esta, no es la dirección que le valla a lanzar a lo más alto.