LA MATERNAL
Película española del 2022, de una duración de 122 minutos, con valoración de 7,1, bajo dirección y guión de Pilar Palomero, con un presupuesto de 11.9 millones. Drama maternidad adelescente.
Un largometraje rodado entre Barcelona y la comarca de los Monegros en Aragón, nos presenta a Carla, una desafiante y rebelde joven que vive en un viejo restaurante de carretera a las afueras de su pueblo.
Un guion donde se vale de un cine de corte casi neorrealista para seguir a una joven adolescente.
La historia de una jovencisima madre de 14 años, ante cómo afrontar el reto de aprender y ser madre soltera, en un centro social.
Una adolescente que es consecuencia, de una madre que no ha sabido educar ni dar una estabilidad, por lo que le resulta imposible controlarla: falta a menudo a clase, se pierde en su mundo y, pasa mucho tiempo con su amigo Efraín. Madre he hija en una relación insoportable y sin comunicación.
Todo cambia cuando la trabajadora social del instituto descubre que está embarazada de cinco meses, y ya es demasiado tarde para plantear la opción del aborto, así que Carla (Carla Quilez) es internada en "La maternal", un centro de acogida para madres menores de edad donde conoce a otras personas en su misma o parecida problematica situación.
Sin lugar a dudas, el mayor mérito de la película es el riesgo que adopta al afrontar una realidad que sigue siendo tabú y dar visibilidad a las jóvenes, ya sean niñas o adolescentes que pasan por estas situaciones sociales.
La casuística es infinita y hay todo tipo de casos: abusos sexuales, relaciones prematuras y desinformadas, y en la mayoría de las veces dos ingredientes que se unen como son la falta de una formación básica sexual, afectiva y emocional y entornos bastante hostiles en los que falta el cariño.
El filme obvia, mediante algunas importantes elipsis narrativas, algunos de los momentos fundamentales del proceso, como el parto, dado que se presta atención a otras cosas como por qué se han quedado embarazadas, por qué no han podido abortar, cómo era la relación con su familia, su preocupación por tener que dejar los estudios o cómo la sociedad las señala con el dedo.
El problema de la película reside en la narrativa: entre lo machacona que es la banda sonora y su calidad de retrato social en exceso alargado, el visionado es bastante tortuoso. Cierto es que el recurso de la cámara en mano casa muy bien con las intenciones realistas de la historia, pero se hace un tanto atascada en su tramo central, en el que se dispersa un tanto, con recursos de no muy bien calidad. El estilo es demasiado crudo, es una película por momentos insoportable ante su simpleza.
A su favor la falta de una implicación emocional directa en ningún sentido: La maternal no es una película provida pero tampoco ataca a las niñas-madres, solo expone el sinsentido de su situación en un momento en el que deberían ser cuidadas más que convertirse en cuidadoras. Su historia resulta siendo muy lineal, faltandole crecer en emoción.
Una trama a la que le falta solidez en la que en volverse, aquí lo que hay es una penosa colección de trozos de vida, el drama de gentes rudas, marginales, cuyos itinerarios vitales han tomado senderos muy complicados. Y una puesta de escena complicada en la que mayormente, todo transcurre en cuatro habitaciones.
Puesta en escena muy realista que realza la fealdad de las localizaciones, lugares maltrechos, de paso, en connivencia con las existencias que hay en ellas. El reparto hace un trabajo convincente.
La pequeña Carla Quílez entrega un retrato ajustado de la protagonista, pero también Ángela Cervantes en el papel de la madre y las demás compañeras, varias no profesionales, redondean bien el conjunto.
El trabajo brillante de ese puñado de jóvenes no profesionales no debe deslumbrarnos. Quien obra el prodigio no son ellas, sino Pilar Palomero.