Schumacher & Bruckheimer, la inefable pareja
por Israel ParedesJoel Schumacher es el cineasta perfecto para tomar una buena idea (lo cual no es el caso de '9 días') y convertirla en una película deleznable, cualidad que comporte, por ejemplo, con Tony Scott. También tienen en común el trabajar, como en '9 días', con Jerry Bruckheimer, productor que tiene muy claro cual es su concepto cinematográfico, es decir, qué clase de películas desea producir. '9 días' evidentemente lleva su sello, pero también el de Schumacher. Y se trata de un matrimonio que encaja a la perfección aunque el resultado en forma de película sea un desastre cinematográfico, aunque quizá deberíamos replantearnos tal aseveración: si atendemos a las intenciones tanto del productor como del director (dejando de lado a los dos guionistas, cuya función en '9 días' es la de construir una insignificante historia y unos anodinos personajes) '9 días' sería perfecta. Entrega acción a raudales, aunque en algunos momentos no se tenga claro cómo se ha llegado a determinados instantes. Los personajes se ahogan (no importan en absoluto) entre secuencias planificadas al modo de Schumacher, esto es, con un ritmo que confunde la velocidad con la premura, no dejando ver nada (aunque no hay nada que ver en realidad), con una fotografía verdaderamente fea y con dos actores perdidos en una película que pretende ser cómica (por Chris Rock) y no hace gracia en ningún momento, entreteniendo lo estrictamente justo.
A favor: Hopkins, aunque sea una de sus peores interpretaciones.
En contra: Todo, en realidad.