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    Espejo, espejo
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    2,3
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    Jose Lopez
    Jose Lopez

    1 críticas Sigue sus publicaciones

    0,5
    Publicada el 25 de septiembre de 2022
    Male, malo, mala......Male, malo, malísima.........................,........................................
    ..PICARD..
    ..PICARD..

    46.433 usuarios 1.125 críticas Sigue sus publicaciones

    1,0
    Publicada el 15 de septiembre de 2022
    Cuatro irrealidades maquilladas a través del espejo; cuatro personajes conjurados interpersonalmente y confundidos en disociaciones personales ya que, ¿quién es cada uno/a realmente? Y la cinta, ¿es drama, comedia, fantasía? ¿Qué es? Pues todo eso es la película, pero todo eso es, popularmente... un rollo. Afortunadamente, el film no es muy largo. Gracias por eso, Marc. .PRESUNTUOSA. .1️⃣/5. ..PICARD..
    BeniDolç Villaescusa
    BeniDolç Villaescusa

    121 usuarios 137 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 22 de junio de 2022
    Película española del 2022, con una valoración de 7/10, bajo dirección y guión de Marc Crehuet. Tragicomedia.

    Cuatro miembros del personal de una empresa de cosméticos y el director de marketing. Ante una comedia coral de enredo que plantea cuestiones como la identidad, el ego y las contradicciones de cada uno de nosotros, situándose en los días previos a la celebración del 50º aniversario de una empresa de maquillaje. Los personajes que trabajan en ella deberán enfrentarse a sí mismos y su interior.
    Una aparente comedia agil de enredo que aprovecha todas las cuestiones de identidad de género actuales para subirse al carro de la actualidad, pero intentandino llevar ha mucho más que eso. Ambición, miedo, amor y traición se mezclan en esta divertida y original comedia sobre la identidad. En la que veces tu mas duro critico es tú voz interior.

    Desde el principio, esta comedia logra toda nuestra atención gracias a unos títulos de crédito que captan a la perfección la distorsión de la realidad así como los cánones de belleza, superponiendo imágenes del reparto con obras de arte que encajan en lo que nadie puede discutir que es belleza. Junto a estos títulos de crédito, realizados por Pablo Sánchez, tenemos una original composición de Guillermo Martorell que nos atrapa desde el primer instante. Esta más que elogiable introducción deja claro que el apartado visual de la película jugará un papel importante, y es que durante todo su metraje somos testigos de conversaciones con los reflejos, conversaciones que vemos con naturalidad como si fuera sencillo lograr que los protagonistas mantengan charlas consigo mismos, pero para nada es sencillo.

    Una vez arranca la historia en sí, Crehuet consigue llevar temas de candente actualidad, y que generan siempre polémica según en qué círculos, hacia la comedia de enredo, pero una comedia inteligente con un guion repleto de humor y mucha acidez. Se trata de una de esas películas en las que tenemos que ser capaces de comprender cada una de las frases en el contexto en el que se dicen, e incluso merece la pena un segundo visionado para exprimir aún más todo lo que oculta cada línea de guion. Como espectadores, somos testigos de la lucha de los protagonistas contra sí mismos, y es que todos tenemos siempre pensamientos que no somos capaces de llevar a cabo, pero están ahí, latentes, como un reflejo de lo que somos pero oculto a los demás.

    A través de sus cuatro dispares protagonistas nos van reflejando una gran cantidad de temas que cada día evolucionan, desde la aceptación de uno mismo al concepto de belleza, pasando por el patriarcado en las empresas, las relaciones laborales y personales o la necesidad de ser siempre el mejor, cueste lo que cueste, sin olvidarse de la banalidad con la que se trata todo lo anterior. Muchos temas que consiguen llevarse a buen puerto gracias a un reparto que está magnífico en cada uno de sus personajes, encabezado por Santi Millán, Malena Alterio, Natalia de Molina y Carlos Areces, pero con mención especial para Carlos Bardem, Loles León y Verónica Forqué.

    Un reparto tan amplio podría crear desequilibrios en muchas escenas, pero en esta comedia coral ningún actor destaca por encima de otro, pues todos están al servicio de la comedia y, lo que es más importante, al servicio del mensaje de la película, reforzándose unos a otros para que, en una perfecta duracion, nos deja un sabor de boca muy agradable y muchos temas de conversación tras su visionado.

    Santi Millán parece el motor sobre el que gira toda la historia, pues en él recaen algunos de los temas más complejos y la dificultad de asimilar los cambios a los que se enfrenta la sociedad actual, especialmente en la personas de cierta edad a los que todo esto les ha llegado demasiado rápido.
     Carlos Areces es el encargado de elevar la comedia hacia otros niveles, como él solo sabe, con un personaje que bien podría haber quedado como una parodia o excesivamente esperpéntico, pero consigue que empaticemos con él y nos demos cuenta de cómo se siente ante los cánones de belleza que parece han impuesto cada vez más las redes sociales. 
    Natalia de Molina refleja la fortaleza de quien tiene un mensaje potente que ha calado hondo, pero incapaz de comprender realmente al prójimo, siendo también la que copa la mayor cantidad de escenas trascendentales, al menos a nivel de mensaje. Por último, 
    Malena Alterio tiene la dificultad de tener el personaje de mayor carga emocional y con mayor dificultad de interpretación, alguien que debe empezar a aceptarse a si misma después de años de autonegación.

    En cuanto a los actores que tienen menos peso en la historia, debemos destacar a Carlos Bardem en la piel del típico jefe que amolda sus decisiones a las de su inmediato superior, y vive estancado en las antiguas formas de dirección aunque quiera reflejar que es más moderno de lo que realmente es. 
    Loles León confirma que es una secundaria de lujo, y aunque muchas veces la veamos de protagonista, lo que está claro es que con poco tiempo en pantalla confirma que es una de las mejores actrices de comedia capaz de elevar cualquier escena. Como ella, 
    Verónica Forqué nos deja para el recuerdo este breve pero intenso papel, en el que como siempre dota de ternura y humor a sus personajes.

    El filme recurre al humor negro para presentarnos una inteligente sátira social, sabiendo que un mensaje actual siempre agrada y entreteniene.
    Desde el principio, esta comedia logra toda nuestra atención gracias a unos títulos de crédito que captan a la perfección la distorsión de la realidad así como los cánones de belleza, superponiendo imágenes del reparto con obras de arte que encajan en lo que nadie puede discutir que es belleza. Junto a estos títulos de crédito, realizados por Pablo Sánchez, tenemos una original composición de Guillermo Martorell que nos atrapa desde el primer instante. Esta más que elogiable introducción deja claro que la trama jugará un papel importante, y es que durante todo su metraje somos testigos de conversaciones con los reflejos, conversaciones que vemos con naturalidad como si fuera sencillo lograr que los protagonistas mantengan charlas consigo mismos, pero para nada es sencillo.

    Una vez arranca la historia en sí, el director Crehuet consigue llevar temas de candente actualidad, y que generan siempre polémica según en qué círculos, hacia la comedia de enredo, pero una comedia inteligente con un guion repleto de humor y mucha acidez.
    La trama sencilla en la que se juega de manera maestra con el ejercicio del reflejo en el espejo va siendo el eje principal por el cual la propia historia se va hilvanando hasta un nudo grueso y complejo, en el que lo que a priori empieza como elementos con capacidad de adición entre ellos para comprender mejor la obra, terminan siendo detalles a los que la propia trama debería estar agradecida, puesto que la alimentan de buena manera y les da mayor riqueza a lo que cuenta.

    Sin embargo, en cierto momento, la hilaridad se nos congela y los dramas íntimos que habían asomado desde el comienzo entre la socarronería se escapan de ella, y uno se descubre preocupado por estos personajes. Hasta respecto a la madre a la que encarna la difunta Verónica Forqué por razones tristemente obvias.

    Así mismo Crehuet se la juega bastante en ocasiones con los límites de la verosimilitud y hasta del ridículo; pero termina saliendo airoso de sus malabares en la cuerda floja. Sin lucirse, desde luego, que la planificación visual se mantiene en un rendimiento aceptable, con algún montaje paralelo llamativo. Y uno no se puede arrepentir de haberse zampado Espejo, espejo, cuya trama no se exprime lo que se podría si se ahondase más en la mala leche de una comedia negra.

    El final tambien resulta un tanto cobarde ante tanto arrojo de su linea argunental, pues acaba venciendo lo policamente conservador. Talvez hubiera sido mejor haberlo en vuelto en una capa trasgresora.
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