Crítica de SensaCine.com para Ghost Rider. El motorista fantasma: El superhéroe que no da la talla

Parece claro que hay dos tipos de productos Marvel en el cine: los que están revestidos de una pátina de prestigio y tienen a sus espaldas una cuidada producción, y los que apuestan por una estética un tanto macarra y cutre y terminan siendo subproductos de serie B. No quiere decir que el segundo grupo sea peor que el primero, ya que a veces incluso pueden llegar a tener un cierto encanto. No es el caso de Ghost Rider: El motorista fantasma, que se emparentaría directamente con otro caso perdido, Daredevil, precisamente ambas dirigidas por la misma persona, Mark Steven Johnson.

Protagonizada por un Nicolas Cage, al que ya no parece asustarle hacer el ridículo en pantalla, la película es un auténtico disparate, sin un guion sólido al que agarrarse, ni tensión dramática, ni química entre los personajes, ni un poco de pericia visual. Todo es chusco y poco agradecido en esta película en la que no funciona nada, ni siquiera los mecanismos que provoquen que el espectador termine tomándoselo a risa.

A favor: Su estética macarra y Nicolas Cage, que ya ha perdido definitivamente la vergüenza.

En contra: Que es rematadamente mala.