David contra Goliat
por Andrea ZamoraEn el año 2020, cuando el mundo estaba lidiando con una pandemia, surgió otra batalla: la de la gente corriente contra Wall Street. Keith Gill, un 'streamer' y padre de familia, decidió invertir todos sus ahorros en acciones de GameStop, una empresa en horas bajas. Sus seguidores siguieron su ejemplo y la compañía se convirtió en una de las más revalorizadas del mundo. Esta historia real, ocurrida apenas unos años, es lo que cuenta Golpe a Wall Street, lo nuevo del Craig Gillespie.
El cineasta, como ya demostró con Yo, Tonya, consigue mantener el equilibrio entre drama y comedia en una historia que, a veces, satura con tanto término bursátil, legal y económico. Gillespie lo hace todo más llevadero manteniendo el ritmo gracias a la introducción de las historias personales de varios inversores. Y todo eso, además, aporta más humanidad al relato.
Aunque el despligue de estrellas en el reparto es enorme -Seth Rogen, Pete Davidson, Vincent D'Onofrio, Nick Offerman, Shailene Woodley, America Ferrera y Anthony Ramos por nombrar a algunos-, Gillespie se apoya en Paul Dano para dar vida al protagonista de esta historia, un hombre que se vestía con camisetas de gatitos y se ponía una bandana roja en la cabeza para hablar de la bolsa a la gente corriente. Keith Gill es un personaje en el que era muy fácil caer en la caricatura, pero Dano es capaz de darle realismo y hacer que empatices con él.
Pese a todos los puntos a favor de Golpe a Wall Street, una historia curiosa y reciente y unos personajes reales más que peculiares; la película no termina de destacar y, en ocasiones, parece que estás delante de un filme de sobremesa. Es como si las prisas con el relato, demasiado cercano en el tiempo, le hubiesen pasado factura a Gillespie.
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