Karsh (Vincent Cassel), un empresario innovador y viudo afligido, inventa un nuevo tipo de dispositivo que permite presenciar el proceso de descomposición de sus seres queridos fallecidos en tiempo real, incluso después del funeral. Lo instala en su cementerio ultramoderno pero extremadamente controvertido. Poco antes de que su invento vea la luz, varias tumbas del cementerio son objeto de actos vandálicos deliberados, entre ellas la de su esposa. No hay un motivo claro para esta atrocidad. La búsqueda de los autores conduce a Karsh por un oscuro camino.