Espectáculo y profundidad
por Virginia MontesDespués de convertirse en un autor de culto dentro del cine de terror independiente con cintas como 'Posesión infernal' (1981) o 'El ejército de las tinieblas' (1992), el director Sam Raimi comenzó a moverse en los límites de la industria de Hollywood con cierta pericia, pero desde luego nunca hubiéramos imaginado que se metiera tan de lleno y que fuera capz de ofrecernos una de las películas de entretenimiento dentro del cine de superhéroes más estimulantes de los últimos tiempos.
El famoso cómic de la Marvel creado por Stan Lee y Steve Ditko se adaptaba así a las nuevas necesidades y a las nuevas audiencias, así como a las incipientes tecnologías que comenzaban a desarrollarse de forma espectacular en los primeros años del nuevo milenio. Raimi consigue bascular a la perfección la acción y el sentido de la diversión de la película con el retrato íntimo de un personaje lleno de traumas y contradicciones, completamente solo ante la magnitud de sus nuevas habilidades y atormentado profundamente por la muerte de su tío, episodio fundamental que le hará reconsiderar su posición en el mundo para dedicarse a la búsqueda de la justicia y, de paso, de su paz interior. El principal mérito de Raimi consiste en que cada una de las piezas de las que se compone la película, funcione a la perfección: la historia de amor con Mary-Jane, la lucha entre los antagónicos Spider-Man y el Duende Verde, la tensión en la amistad entre Peter y Harry, y la configuración de todo el universo interior del protagonista. Todo ello, aderezado con unas excelentes escenas (para la época) del vuelo del hombre araña por los rascacielos de Nueva York.
A favor: Que cada pieza funcione por sí misma.
En contra: Que los efectos especiales terminen por parecer obsoletos con el paso del tiempo.