El tercer largometraje de la cineasta libanesa muestra que ser gay en el Líbano hace cuarenta años no era precisamente un camino de rosas. Por eso, Miguel, hijo de un padre conservador y de una autoritaria madre siria, solo pudo vivir (con excesos) su sexualidad cuando emigró a la España post-franquista.
Utilizando con imaginación, sensibilidad y humor sus testimonios junto a animaciones, representaciones teatrales y material de archivo, Eliane Raheb construye esta película en la que Miguel exorciza sus traumas, en un viaje que les llevará de vuelta a la temida Beirut de su infancia pasando por Madrid, Sevilla, Barcelona y Granada.