En la Irlanda rural, una familia de pastores lucha por mantenerse unida mientras se enfrenta a conflictos internos, resentimientos heredados y una gran rivalidad con un granjero vecino. El padre, marcado por tradiciones rígidas, impone su autoridad mientras sus hijos cuestionan su legado.
Entre disputas por la herencia y heridas del pasado, el trauma generacional se hace presente, revelando las tensiones entre el deber y el deseo de cambio. A través de un prisma cultural irlandés, la familia se enfrenta a su destino en un entorno único.