Crítica de SensaCine.com para Polar Express: La infancia

Durante una década, Robert Zemeckis dedicó su vida al cine de animación realizado con la técnica stop-motion. Tres películas minuciosamente elaboradas digitalmente que representaban las tres etapas vitales: 'The Polar Express' era la infancia, 'Beowulf' era la edad adulta y 'Cuento de navidad', la vejez. Así, 'The Polar Express' es una película infantil sobre la infancia, que en parte puede recordar a algunos animes, como 'Galaxy Express' o 'El viaje de Chihiro', donde el tren supone un viaje hacia mundos mágicos, la promesa de aventuras para niños aburridos, ansiosos de nuevas experiencias.

Zemeckis maneja bien los tiempos del cine infantil, dedicando mucho tiempo a la presentación de los personajes y maravillándose con sus escenarios vectoriales, como si fueran producto de algún truco de magia. En cierta manera, los descubrimientos del niño protagonista en ese viaje hacia el Polo Norte son los mismos que los del espectador ante la nueva tecnología. El film recuerda a los clásicos infantiles de antaño, ajeno a las modas y a detalles coyunturales.

A favor: El cine y la tecnología como material para fabricar sueños.

En contra: Que como toda cinta pionera en un campo tecnológico, corra el riesgo de quedar obsoleta con el paso del tiempo.