EL IMPERIO DE LA LUZ
Película Inglesa del 2022, de una duración de 119 minutos, con una valoración de 6/10, dirección y guión de Sam Mendes.
Cuando uno ve el nombre de su director se hace la idea de poder encontrar un buen trabajo.
Pero a la hora de película, nos enteramos de que el estreno de la esperada "Carros de fuego" la cual se va a realizar en el cine "Empire" en Los 80 en la costa sur de inglaterra, por lo que todos se preparan para la premiere con alfombra roja y famosos invitados, pero Hillary ya viene con una recaída mental, por lo que la noche resulta un fracaso, especialmente para ella.
Pero el principal fallo es que la historia se presenta desordenada, en el que uno empieza a pensar que Mendes le a faltado un buen guionista que le en cauce el guión. La primera parte de la película es lenta, bordeando peligrosamente con el sopor, haciendo que uno se pregunte para dónde va todo. Lo único que se destaca permanentemente es Colman, ya es una actriz que brilla con luz propia y es encantadora, verosímil, tan dramática como cómica, por eso es fácil quererla y seguirla.
Pero ni ella, ni la hermosa cinematografía de Roger Deakins, nominado al Oscar de nuevo por su impecable trabajo acá, logran salvar la película como un todo. Cuando se empieza a desbaratar un largometraje por partes y se destaca todo menos su historia, es claro que el producto no es consistente ni se sostiene solo. El guion es la base de todo, el norte de la cinta y la marcha que siguen los actores. Este es el segundo intento de Mendes como libretista, historias personales y con énfasis en el drama profundo, una trama más íntima y personal que se inspira en la vida de su propia madre.
Es una historia sobre oscuridad y vida que navega entre las tragedias personales sin que la historia pierda el rumbo en la que ese seguro de vida llamado Olivia Colman encarna a la perfección el dolor y el anhelo de su personaje. Es cine a contracorriente que pide un acto de fe al espectador: que deje el cinismo en la puerta del gran templo y que abra su corazón para gozar de una película que trata de hacer nuestras vidas un poco más dichosas.
Cuando escribío el guion de la película también había otra obsesión muy extendida en la que preocupaba si los cines morirían y también los espectáculos en directo. Así que la película toca todos esos temas y en ese sentido es bastante cruda.
La película sigue la estructura narrativa clásica con sensibilidad y ternura para entrar en la psicología de los personajes y el mágico espacio del cine. Nos adentramos en ese microuniverso especial y formamos parte de la mística alrededor de la sala de cine. El cine en términos conceptuales se muestra como un escape subliminal de los males sufridos a diario, un espacio para las emociones vedadas socialmente.
Con esta melancolía por un pasado idílico, construido con cierta magia alrededor de los films proyectados, gira esta historia de amor entre Hilary y Stephen, un vínculo que sirve a los protagonistas para superar la adversidad en tiempos de violencia radical.