Cuando los padres de Ruby y Rhett mueren en un accidente de tráfico, los mejores amigos de la familia, Erin y Terry Glass, se convierten en los tutores de los dos chicos. Los Glass prometen a Ruby y a Rhett una vida mucho mejor en California para hacerles olvidar el terrible suceso. Todo lo que los niños tienen que hacer es dejarse conducir en limusina hasta una lujosa villa en Malibú. Los Glass se muestran muy atentos con ellos y responden a todas sus necesidades: ropa de moda para Ruby, dos consolas de videojuegos y un equipo de televisión para Rhet… Pero cuanto más les conoce Ruby, menos segura se siente. Incluso llegará a sospechar que Erin y Terry tuvieron algo que ver con la muerte de sus padres.
Nunca te fíes de un padrastro
por Diana Albizu
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