Crítica de SensaCine.com para Princesa por sorpresa: My Fair Queen

Aunque la independencia de la monarquía inglesa cimente el orgullo nacional norteamericano, en los Estados Unidos mantienen una incomprensible fascinación por todo aquello que tenga que ver con la realeza europea. Una nueva e insufrible prueba de ellos es 'Princesa por sorpresa', remake teen no confesado de 'My Fair Lady' en que una joven estudiante de San Francisco descubre que es la heredera del trono de un país imaginario del viejo continente.

Garry Marshall, experto en conjugar en presente lo peor de los cuentos de hadas en títulos como 'Pretty Woman' o 'Novia a la fuga', reincide aquí en su obsesión por convencernos que el patito feo se puede convertir en cisne. Para ello cuenta con la complicidad de una digna Julie Andrews en el papel de reina que debe pulir la princesa en bruto que se esconde tras esta chica de high school. Ñoña hasta decir basta, la principal coincidencia del film con las prácticas de la realeza es la impunidad con que roba de otras películas, desde 'El guateque' a cualquier film de instituto.

A favor: Julie Andrews.

En contra: Su defensa de la realeza como algo enrollado y democrático.