Un nuevo lugar en el mundo se descubre a la vez que Bea se enfrenta a la pérdida y con el futuro que imagina. En la casa que se prepara para acoger el cambio, habitan sus temores más profundos. Una soledad con la que no contaba también parece formar parte de su deseo, el deseo de ser madre sin pareja y lesbiana. Raquel filma, desde el apego a un tiempo anterior, en que ambas compartían una misma idea de comunidad. Mientras el cuerpo de Bea se transforma, la cámara se mueve entre el afecto y la distancia. Un documental que habla sobre la necesidad de preguntarse sobre la familia, el amor, la amistad y todos esos deseos que desbordan los límites de la intimidad.