Película española del 2022, de una duración de 99 minutos, con una valoración de 7/10, bajo dirección y guión de Carlota Pedera,
Otra Directora española la madrileña Sara Pereda da un gran paso ante una muy buen largometraje.
Es la historia de Sara una adolescente de un pueblo extremeño que tiene que sufrir a diario la marginación y las burlas de las demás por su aspecto físico. Un día, un misterioso hombre frena con violencia el acoso, y Sara tiene que decidir si denunciar o encubrir a su salvador frente al resto del pueblo y a su familia.
Largometraje que juega magistralmente con la empatia del espectador ante el bullying y la marginalidad de transfondo, dentro de una caluroso pequeño pueblo en la que cabe la comedia recia, el thriller o detonaciones derivadas del cine terror slasher. Cerdita sabe cómo tomarse muy en serio la brutalidad del acoso a través del dilema moral que vive su protagonista y también cómo incorporar lo lúdico que hay en su juego de géneros.
Con una acertada puesta de escena ante el chirrido de las chicharras. Las calles desiertas en la sobremesa. La piscina municipal. Las paredes encaladas de las casonas. El ventilador en la penumbra. En 'Cerdita', el primer largometraje Carlota Pereda traslada al espectador directamente a un verano mesetario cualquiera. En un pueblecito en la que Sara pasa los días echando una mano en el negocio familiar, el estudio y su movil. Ya en los primeros planos de la película, de un cuchillo partiendo una paletilla, una máquina rellenando un chorizo, sangre y tendones, Pereda anticipa lo que comienza como un drama costumbrista y acaba como un 'body horror', ese subgénero del gore muy pegado a la fisicidad de la carne. Los colores pastel del vestuario y el arte, tan naífs y tan dulces, acaban salpicados en un charco de sangre, como también las estampitas de la Virgen que las mujeres del pueblo guardan encima del tapete de la televisión.
Sara no tiene amigas y todos los jóvenes del pueblo la llaman "cerdita", por su sobrepeso. Incluso la que siempre fue su mejor amiga, Claudia (Irene Ferreiro), ahora la ignora y se ha unido al grupo de acosadoras (Claudia Salas y Camille Aguilar) que le hacen la vida imposible.
En su narrativa en una personalísima apuesta por el terror divergente de la norma. Y ahora expande ese universo en un largometraje mutante que tiene en los giros de humor costumbrista su mejor aliado, con una Carmen Machi acertada en el papel de madre tremendista, donde marca el paso del matraircado. Retrata retrata acertadamente la imagen de una españa rural muy familiar, esa en la que las mujeres marcan la ley y el orden, o el ritmo cotidiano, esa en la que nunca pasa nada hasta que pasa.
Su directora Pereda enhebra el miedo basado en el costumbrismo, con ese acoso continuo más o menos sutil al que todo el mundo la somete por culpa del sobrepeso, con el 'slasher' clásico, en el que un asesino en serie, se convierte en justiciero de aquellos que destaquen con chuleria.
Su directora Carlota Pereda incorpora la reflexión corporal a un lúdico e inteligente cine de género. Todo el dispositivo de esta película se puede sintetizar en la rotunda presencia y la frágil estabilidad de su protagonista que Laura Galán (Sara) borda al dedo, en la que Pereda acompaña con mimo pero sin paños calientes hasta en las proporciones de la imagen. Un duro viaje que incorpora sentido del humor y mala hostia a la corriente rural de autodescubrimiento femenino en el cine español.
Sara no tiene amigas y los jóvenes del pueblo la apodan burlonamente "cerdita", por su sobrepeso. Incluso la que siempre fue su mejor amiga, Claudia (Irene Ferreiro), ahora la ignora y se ha unido al grupo de acosadoras (Claudia Salas y Camille Aguilar) que le hacen la vida imposible, y la acosan cruelmente.
Tal vez el filme resulta siendo un tanto plano, en el que a la trama le falte solidez.