Crítica de SensaCine.com para La fuente amarilla: Las triadas de Madrid

El debut en el largometraje de Miguel Santesmases es un ejemplo prototípico del cine 'de calidad' que producía la industria española durante la segunda mitad de los años 90: un acercamiento a géneros populares, en este caso el thriller criminal, con la imitación de los modelos de Hollywood como único referente y mucha más escasez técnica y presupuestaria. Es loable que Santesmases y sus coguionistas Antón y Martín Casariego decidieran abordar un tema tan inexistente en el cine español como es la operación de las triadas y las mafias chinas en Madrid, pero la originalidad argumental no puede ser el único valor de un film sostenible.

Los demás apartados de 'La fuente amarilla' son o bien enormemente previsibles (el desarrollo de la trama criminal, con la protagonista buscando al asesino de sus padres, es formulaico en extremo, incluido el climax final) o chirriantes por su recurso constante al cliché y convenciones genéricas rancias. Eso sí, hay que destacar que Silvia Abascal hace un trabajo muy competente como protagonista y logra salvar un problema de concepto crucial: que en ningún momento resulta creíble como hija de una mujer china. El resto de actos de fe que pide la película ya no son tan fácilmente asumibles.

A favor: La fotografía de noir madrileño de Javier Aguirresarobe.

En contra: La actuación de Eduardo Noriega es especialmente patética.