Marc-André Leclerc escala montañas solo, lejos del centro de atención. El canadiense de espíritu libre de 23 años realiza algunos de los ascensos más audaces de la historia. Sin embargo, sus proezas no llaman la atención del planeta. Sin cámaras, sin cuerdas y sin margen de error, los ascensos de Leclerc son la esencia de la aventura en solitario. Nómada y tímido con el público, no tiene teléfono ni coche, y se muestra reacio a dejar que un equipo de filmación se entere de su visión pura de la escalada.
El veterano cineasta Peter Mortimer se propone hacer una película sobre Leclerc, pero le cuesta seguir el ritmo de su elusiva vida. Pero finalmente, Leclerc se embarca en una aventura histórica en la Patagonia que redefinirá lo que es posible en la escalada en solitario.