NO QUIERO CONOCER OTROS IN-YEONS, ACABO ROTO EMOCIONALMENTE
No tengo días malos, tampoco buenos, más bien vacíos, de interrogantes inmortales, de malestares, por no saber mi destino, tampoco quiero saberlo. Saberlo podría ser peor. Odio la vívidez, también la oscuridad, pero no le veo el sentido a un gris. Elijo caminos correctos. Otros erróneos. Ninguno me hace feliz, porque jamás sabré del que no escogí. No sé si tengo otras vidas, con diferentes sucesos. Me duele no saberlo, también saberlo. Pasan tantas personas alrededor mía que odio no poder darles mi existencia, pero a veces deseo vivir en una cueva. Todo es confuso, doloroso, agonizante, lagrimoso, alegre pero melancólico, y sobre todo, inevitable y obsesivo compulsivo. Luego todo resulta ser nostálgico y desgarrador.
Eran amigos de la infancia, iban al cole, se empezaron a gustar. Y sus mamis los llevaron a un parquecito para que tuvieran su “cita”. Pero, pocos días después, Nora se mudaría. No sabrían nada el uno del otro durante largos años. Un poco más de una década después se reencuentran virtualmente, en plan broma según ella, él seriamente. Vuelven a dejar de hablar porqué están enamorados el uno del otro por 7 años. Nora se casa, Hae Sung se separa. Y por fin, va a Nueva York para visitarla y conoce al marido. Ahora ocurre todo. Llevad pañuelos, bueno yo los necesito desde el principio.
Lloraba mucho de pequeña, de joven también lo haría y cuando se mudó a Nueva York dejó de hacerlo porque según ella ya no era rentable viviendo dónde vivía. Hae Sung, sin embargo, no lloraría mucho, nada creo, pero sí la echaba de menos, tanto que la buscaba desesperadamente en Facebook. Adentrándonos en la historia, Nora solo le envió a Hae Sung un e-mail cuando después de 20 años regresa por un viajecito a Corea, su país, el de Hae Sung también, no hubo respuesta de él. No digo que ella sea la mala, pero tenemos muchos rincones para cavar sobre sus definitivas verdades, las cuáles nunca sabremos, aún así la historia sigue siendo preciosa.
El marido, ese gran pilar entre los dos coreanos en realidad. Me ocurren emociones inesperadas por él, puedo entenderle, aunque estoy harto de verle llorar por dentro mientras yo lo hago por fuera. No entiende casi el coreano, y por eso no puede saber lo que ella sueña, porque siempre sueña hablando en Coreano. Creo que apenas la conoce, y no es por culpa de él. Pero sabe que ella de verdad lo quiere.
Celine Song debuta creando una historia no exageradamente compleja pero desgarradora, la cual me va a costar superar emocionalmente, cualificada para los Oscars. Contando una historia de amor de dos coreanos, junto al marido de ella. Tres personajes que siento dentro de mí. Que me acompañarán, pero sobre todo, en mis momentos más oscuros. No puede faltar nada, y por eso su guion y fotografía son muy memorables. Lanza, en todos los sentidos, demasiada debilidad, melancolía, tristeza, nostalgia, y un amor que pudo ser y no fue. Celine Song me trae esta obra maestra en una época que quiero y a la vez no quiero conocer ni ver. Pero como digo, el vicio es malo y bueno, y me destroza por dentro pero no puedo parar de sentir eso, porque quizá sea mi destino. Y quizá, yo llore más que Nora. Porque mientras veo Vidas Pasadas y escribo sobre ella mis lágrimas no se acaban.
-RICHIE VALERO