La película es historia real, no va más allá de la realidad, nos ambienta en dos perspectivas lo que ayuda a la narrativa. Las sensaciones en el cine fueron impresionantes, llena de expectativas desde el trailer hasta los créditos. Me parece una obra fabulosa digna de ver indistintamente una y otra vez. Para las opiniones que dicen "faltaron explosiones o acción" o "parecía documental", a mi parecer no entienden que esta película no trata de acción, sino el explicar el por qué intentaron de inculpar a Oppenheimer, no es una película de ciencia ficción o fantasía, trata de mostrarnos una parte de la historia de un acontecimiento que remeció el mundo.
Me quedé fascinada al ver esta película, tuve que ir dos veces a verla en el cine y en ningún momento se me hizo pesada ya que la trama y la música lo han hecho tan correcta que te sorprende en los mejores momentos y te hacen estar centrados en todo momento y ya no hablemos de los actores.. son magníficos! Lo han bordado con sus papeles un 10/10.
Es una obra de arte habla sobre como se creo la bomba nuclear en estados unidos y la terminación de la guerra mundial la rendición de los nazis y de Japón ante este hecho tan historico
La película es muy buena si la comparamos con la generalizada mediocridad cinematográfica de los últimos 20 años, pero es una buena película que recuerda el Hollywood de calidad. En cuanto a Nolan, es conocido su interés en la psicología y en la idea de mostrar la experiencia mental del protagonista, como ocurre con Batman en el Caballero Oscuro y lo que sucede con Oppenheimer. Tal vez la duración de la película se podría haber reducido. Por cierto, hay un análisis psicológico sobre Oppenheimer y su relación con el mito de Prometeo, que ayuda a comprender la película y, sobre todo, la mente del protagonista. https://www.youtube.com/watch?v=zorvuxpKtMw&list=PLRuG2iofoXDZdw6XfK4oTgGewsk7XjBXD&index=1&t=10s&pp=gAQBiAQB Saludos cordiales.
Un peñazo, aburrida, y la menera de rodarla para intentar darle ritmo no me gusta, no hay un plano que dure más de 8 segundos, en una carrera de caracoles aunque cambies el plano cada 5 sigue siendo una carrera de caracoles, no emociona ni añade nada a cualquier documental que veas con 2 horas menos de duracion, Cada vez entiendo menos esto de los Oscar
La peor película que ví en mi vida, de todos modos las actuaciones son geniales, los detalles que cierran por.todos lados, cámaras, iluminación, etc...pero es, en pocas palabras, aburridísima. Si sos de los que piensan (como yo) que una buena película es aquella que se pasa volando y te deja con ganas de más a raíz del tiempo psicológico que transcurre más rápido que el cronológico entonces NO vayas a verla xq te vas a decepcionar.
Hay películas que entretienen, otras que conmueven, pero pocas te obligan a mirar dentro de ti mismo y cuestionar el mundo que habitamos. Oppenheimer no es solo cine: es una advertencia. Una herida abierta en la historia. Una reflexión sobre el poder, la ciencia, la culpa y la condición humana.
Ver esta película es como mirar el nacimiento del fuego… pero un fuego que no calienta, sino que consume. El fuego de la bomba atómica, sí, pero también el fuego de la ambición, del orgullo científico, del poder político y del miedo.
Robert Oppenheimer no es retratado como un héroe ni como un villano. Es un ser humano consciente del peso de sus actos. Un hombre que, al crear el arma más destructiva jamás concebida, cruzó un umbral del que no hay retorno. Y eso es lo que lo hace tan humano: su lucidez, su angustia, su capacidad de arrepentirse cuando ya era demasiado tarde.
Lo más increíble es cómo la película te obliga a pensar en el presente. Porque no se trata solo del pasado. El mundo que heredamos después de 1945 es un mundo donde un botón puede decidir el futuro de millones. Donde la tecnología puede superar la ética. Donde la ciencia, si no va de la mano con la conciencia, puede volverse una amenaza para todos.
Oppenheimer es, al final, un espejo. Refleja lo mejor y lo peor de nuestra especie. Y cuando uno sale del cine, ya no es el mismo. Porque entiende, aunque sea un poco, la dimensión de lo que hemos creado… y lo mucho que necesitamos pensar antes de destruir.