Biopic usa de 2.023, de una duración de 180 minutos, con una valoración de 7/10, bajo dirección de Christopher Nolan, con guión del libro biográfico de Kai Bird y J.Robert, con presupuesto de 1000 millones
Biografia bien llevada e hilvanada en cuatro trasfondos con sus subtramas, una fallida vida privada y su relación con las mujeres; una buena historia como científico teórico ante los trabajos del Proyecto Manhattan en Los Alamos, una zona desértica de Nuevo Méjico, centrandose en la creación de la primera bomba atómica, en agónica competencia con la Alemania nazi; un magnífico dilema moral social ante los reparos de conciencia de Oppenheimer tras Hiroshima y Nagasaki, su oposición a la investigación sobre la bomba termonuclear; un clásico thriller usa de acoso, en plena era macartista, utilizando su pasado izquierdista muy próximo al Partido Comunista estadounidense en los años 20 y 30, ante deshonrarlo y apartarlo de la Comisión de Energía Atómica de los EEUU por su oposición a los intereses de la carrera nuclear.
La estructura narrativa fragmentada característica del Nolan en la que se nota su mano en la construcción de un guión en el que hasta el menor diálogo es tratado con la épica de mil batallas (apoyado por la música zimmerian de Ludwig Göransson) y en el que la ambigüedad argumental y ética sirve para mantener la tensión durante las 3 horas de metraje. Sin embargo, su firma también está presente en el rol casi insignificante al que relega a los personajes femeninos de Emily Blunt y Florence Pugh, que cumplen por encima de lo que se les pide. Sin embargo, la mejor actuación como secundario es la de Robert Downey Jr., quien se despoja de su armadura de superhéroe, para convertirse en el vengativo (Lewis Strauss), el para nada humilde vendedor de zapatos que terminó liderando la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos y que aquí es retratado como todo un Judas contar Oppenheimer.
La puesta en escena es soberbia y su presentación técnica impecable. Perfecta para quien espere algo cercano al blockbuster, en lugar de una película que sigue a rajatabla la línea doctoral norteamericana para triunfar, puede que en la noche de los Oscar tal vez quedé un tanto decepcionado el filme. En realidad la película, aunque tiene explosiones, trata de gente hablando, de gente con sus pequeñas miserias humanas, su vida en pareja, sus amistades, sus traiciones, enemistades, infidelidades, sus envidias, sus egos y sus dudas, por lo que puede empatizar con facilidad, con el espectador de calle sin más revisionismo critico.