Marcus y su esposa Emily se dirigen a unas vacaciones con todos los gastos pagados a un resort en el Caribe, y deciden llevarse con ellos a Ron y a Kyla, otra pareja de recien casados que conocieron en México y hace meses se colaron en su boda, aunque se volvieron grandes amigos. Marcus también está en el Caribe por negocios, con objetivo de reunirse con los propietarios del complejo para licitar la construcción de un hotel de su propiedad en Chicago. Sin embargo todo se irá de madre cuando Reese, el padre de Kyla, sale de la cárcel y se presenta en la isla repentinamente y sin invitación. Lo que iban a ser unas vacaciones perfectamente planificadas se vuelven al instante en un descenso al caos.