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    La sombra del vampiro
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    Adrianrom 1977
    Adrianrom 1977

    1.345 usuarios 535 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 6 de septiembre de 2022
    La Sombra Del Vampiro da vida y pone en la gran pantalla a uno de los misterios ya desmentido de la historia del cine, la grabación de la película Nosferatu de F.W.Murnau y si Max Schreck verdaderamente era un vampiro real, un misterio que todos los amantes del cine nos apasiona y aunque por causas obvias ya sea desmentido nos gusta seguir pensando que hubo algo muy turbio en la grabación de Nosferatu, la película alemana más reconocida mundialmente, un icono para el cine del terror y cine general y una medalla de oro para el expresionismo alemán.
    La trama narra la historia de F.W.Murnau un director de cine que quiere crear la gran obra maestra de terror del cine mudo expresionista alemán y para ello contrata a un vampiro real para hacer de protagonista a cambio de un trato... podrá beberse la sangre de Gretra una hermosa actriz del reparto.
    La interpretación de Dafoe es una de las más brillantes de su carrera, al igual que la de John Malkovich que está de luto. Y creo que no hace falta hablar de la fotografía, es un espectáculo visual.
    Sin duda se nota que el director ha hecho un gran trabajo pese a su escasa popularidad.
    David Filme
    David Filme

    16.757 usuarios 264 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 17 de diciembre de 2021
    "La Sombra Del Vampiro" es un entretenido e inquietante film, que se sumerge en la leyenda negra de la filmación del inmortal clásico cinematográfico mudo "Nosferatu" (1922), dirigido por E. Elias Merhige y protagonizado por John Malkovich y Willem Dafoe. F.W. Murnau, el legendario director alemán, se ha propuesto rodar la película de terror más auténtica alguna vez filmada, y para ello ha contratado, a escondidas de su equipo de producción, a un vampiro real, Max Schreck. Para tratar de justificar el extraño comportamiento de la estrella de su película, Murnau señalará las especiales aptitudes de su actor, pactando con él la entrega de la protagonista femenina, Greta Schroder, para saciar el apetito sanguinario del engendro. En 1922, el obsesivo pero talentoso cineasta alemán, F.W. Murnau, regalaría al mundo una de las más grandes películas de terror de la historia del cine. Los problemas judiciales en los que se metería Murnau cuando se le ocurrió desafiar a la viuda de Bram Stocker, quien no le habría querido vender los derechos de "Drácula", filmando una versión inspirada en la obra, no serían lo único, que a la postre, le otorgarían al filme una estela polémica. Más aún, la decisión del director de filmar en la intrigante Europa del Este, concretamente en Slovakia, y, especialmente, el supuesto misterio en torno a la figura de Max Shreck, le proporcionarían a la cinta, un aditivo misterioso y, ciertamente, macabro. Y es que los amantes de lo tenebroso y, ciertamente, aquellos a quienes les gustan crear historias falsas o al menos exageradas, insisten a la fecha en que Max Schreck no era un actor cualquiera, insinuando una naturaleza sobrehumana de éste. Schreck habría insistido en llegar caracterizado a la filmación y siendo un actor poco sociable, más bien taciturno, habría generado una extraña sensación en el equipo de producción y el reparto, ya que sólo se habría entendido directamente con Murnau.

    Sin embargo, no es de extrañar, que se insinuara que Schreck era en la práctica un vampiro y que Murnau habría pactado con él tener la más genuina actuación vampírica, a cambio de la vida de la diva germana Greta Schroder. Es muy probable que esta historia sea falsa (y lo digo porque pudo haber sido un maniático que se creyera vampiro) pero qué maravilloso es creer que fue realmente así. Los que nos hemos maravillado con "Nosferatu" (1922), deseamos de corazón que hubiese sido así, pero al final, eso no importa, porque Merhige se atrevió a filmar una película en la que este anhelo de los fanáticos, se concreta, y lo hace con la magia y el realismo que requería. Con guión de Steven Katz, la historia se inicia con el viaje del equipo de producción encabezado por el también legendario productor Albin Grau (reconocido ocultista, por cierto) y el mismo Murnau a Slovakia, para filmar las escenas de la llegada de Hutter al Castillo del Conde Orlock, en donde Murnau presentará a Schreck a su equipo técnico y actoral. Tratando de justificar su extraña conducta, Murnau creará, a sabiendas, un clima tan surrealista en la que su equipo no cuestionará que Schreck ataque una y otra vez a su fotógrafo Wolfgang Müller, o cuando Gustav von Wangenheim, se corte accidentalmente el dedo en la escena de la cena y Shreck se le eche encima, o la escena en la que Albin Grau no se sorprenda que Schreck atrape a un murciélago que andaba rondando, lo mate y le succione la sangre, mientras bebe alcohol con ellos. Estos momentos vienen cargados con cierto aire a humor negro, quizás algo sutil pero que sirven de escape a una ambientación enrarecida y bastante peculiar, reflejada en la cómplice relación entre Murnau y Schreck.

    El film, es un homenaje a los primeros cinestas y actores de la época muda, sus inquietudes, ambiciones y obsesiones, en las que se dejan ver las exageradas y grandilocuentes actuaciones que los actores de aquellos años debían lograr, primero, por la influencia innegable del teatro en el naciente séptimo arte y, segundo, la necesidad de reemplazar la falta del sonido, que recién aparecería a comienzos de los 30s. Sin embargo, el director en ningun caso recurre a lo burdo, simplemente dota de una normalidad bastante notable la forma en que los pioneros del cine, entiéndase cinestas, productores, fotógrafos y actores, realizaban cine. Con escenas reales de "Nosferatu" (1922), de dominio público hoy en día, que se entremezclan en la producción del legendario film mudo, Merhige se respalda con dos actores de peso, que establecen un verdadero duelo de interpretaciones, lo que lejos de tener una esencia competitiva, se traduce en una sinergia como pocas veces vista. Así, uno de los grandes aciertos de la película, además del extraordinario e impulsivo duelo de estrellas en estado de gracia, se encuentra la visión de cómo se rodaban las películas en la década de los 20s, con una cámara accionada mediante una manivela mientras el director asesora y expresa las motivaciones a los actores hablándoles mientras éstos actuan. No obstante, me quedo con algunos momentos del filme: Schreck-Dafoe narrando la naturaleza de su origen y hablando de la novela de Drácula a sus compañeros de rodaje, mientras ellos estupefactos están escuchándole maravillados. La comparación que el demacrado vampiro hace de sí mismo con la manera de orinar de un viejo, Murnau-Malkovich comparándose con las pinturas rupestres de la prehistoria, expresando lo que él busca en cuanto a permanecer en la historia y por supuesto, los contínuos desafíos entre Murnau y Shreck para poder controlar cada uno a su manera lo que ocurre en el rodaje de la película.

    Las actuaciones son notables, John Malkovich es F.W. Murnau, un artista torturado, obsesivo con el realismo y la perpetuidad de su arte, quizás algo pretencioso en ese entonces, pero valorado con justicia con el paso de las décadas como uno de los grandes genios del cine. Murnau representa ese sentimiento quizás ingenuo pero purista del cineasta pionero, aquel cuya obsesión era la belleza de su arte y no la recaudación de su obra. En el fondo, la inmortalidad de su film, como si de literalidad, en el caso del vampiro, se trata, desafiante al paso del tiempo. Willem Dafoe, nominado al Oscar al Mejor Actor de Reparto por este film, es Max Schreck, un tipo extraño y hasta cierto punto repulsivo, contratado por Murnau para su obra suprema del terror. Dafoe tiene momentos realmente notables, como cuando se enfrasca con Murnau en una discusión que llega a los golpes y su espeluznante mirada aparta y aterroriza a Murnau de tal forma que el director sólo atina a apartarse violentamente. O esa mágica escena del final del rodaje, en el que Schreck se desvanece ante la luz del sol en el film original. El reparto secundario tampoco tiene desperdicio, comenzando por el siempre efectivo Udo Kier como Albin Grau, el productor y mano derecha de Murnau, un tipo que sabía controlar las tribulaciones más grandes y poner orden con un carácter bastante estable. Cary Elwes es el cínico fotográfo Fritz Arno Wagner, que reemplazó al vampirizado Wolf y que tiene conocimiento de los excesos y las mañas de las estrellas del naciente séptimo arte. Catherine McCormack es la diva Greta Schroder, que alega constantemente a Murnau el hecho de haber abandonado el teatro en Berlín para viajar a la fría e inhóspita Slovakia a rodar una película que para ella no será precisamente la panacea de la fama.

    En definitiva, película entretenida, inquietante y honesta, que rinde homenaje a los pioneros del cine y su obsesión por lograr la perfección en su arte, con un aspecto visual muy cuidado, un ritmo narrativo medido con precisión suiza y unas interpretaciones de mucho nivel, cuyo defecto podría ser su abrupto final. Sin embargo, el filme hace aguas en algunos puntos debido a hechos concretos o situaciones que rompen el clima de inquietud general que Merhige consigue en muchos tramos. A pesar de todo, da un toque de originalidad a un cine moderno que parece seriamente privado de si mismo.

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