Nuevos y viejos amigos
por Andrea ZamoraEl cielo rojo, dirigida por Christian Petzold, sigue la historia de un joven escritor que se enfrenta a varias dificultades con su segunda novela. Buscando inspiración, decide retirarse junto a un amigo a una casa cerca de la playa.
Al llegar, descubren un problema: alguien ya está alojada en ella. En lugar de marcharse optan por compartir el espacio con una desconocida. A medida que la pareja de amigos interactúa con su nueva compañera, surgen conexiones que revelan los miedos e inseguridades del protagonista.
A pesar de la potente premisa de aislar a un grupo de desconocidos en una casa, la película no logra seducir ni por su trama ni por sus personajes. Ni siquiera la introducción de una amenaza, los incendios forestales que hay por la zona, logra hacerla más atractiva.
Otro de los problemas de El cielo rojo son sus personajes. Para empezar, su protagonista es un joven insufrible que solo genera rechazo. Por otro lado, el único personaje femenino de la historia, una 'manic pixie dream girl' de manual, existe solo para darle al protagonista algo que hacer más allá de refunfuñar y quejarse de todo. ¿Alguien puede entender que una mujer acepte compartir vivienda con unos desconocidos en lugar de marcharse de allí?
El cielo rojo intenta ser una película pequeña, sencilla e íntima y, aunque hay momentos de diálogo inteligentes e interesantes, se quedan en una mera anécdota. Un quiero y no puedo que se olvida demasiado rápido.
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