Crítica de SensaCine.com para Más que amigos: Amor y religión

En su primera película como director (también interpreta el papel protagonista), Más que amigos, Edward Norton traza una historia sobre dos amigos de la infancia. Uno, Jacob (Ben Stiller), es rabino; el otro, Brian (Norton), un sacerdote católico. Ambos son muy conocidos y llevan una vida dedicada a su labor espiritual, la cual se verá afectada cuando Anna (Jenna), una amiga de la infancia, regrese al barrio. El triángulo es insólito y Norton lo muestra a través de una comedia romántica con aroma clásico en su ritmo y en su visualización, atento a los personajes, a los diálogos y creando una sucesión dramática que no por ser un tanto previsible en todo momento deja de ser llamativa y bien trabajada.

Más que amigos intenta, a su vez, y sin enfatizarlo, lanzar algo de luz sobre la relación de la religión (vía dos hombres dedicados a su fe) con la sociedad actual. Norton y Stiller, muy bien ambos en sus papeles, logran dar consistencia a sus personajes y, de paso, mostrar una magnífica compenetración actoral que eleva la película. así, Más que amigos se alza por encima de gran parte de las comedias románticas más publicitadas gracias a una seriedad en su planteamiento de agradecer.

A favor: Los actores y el pulso narrativo de Norton.

En contra: Que al final, y a pesar del buen sabor de boca que deja la película, la sensación es de haber visto algo poco ambicioso, algo demasiado pequeño.