Tu mejor versión
por Andrea ZamoraCoralie Fargeat dio un golpe sobre la mesa, de esos que provocan el silencio del gentío, cuando hizo Revenge (2018). El 'rape and revenge' de la directora y guionista francesa se convirtió en una de las mejores películas del género. Ahora, con La sustancia, un 'body horror' feminista, no hay golpe, pero sí toda una traca, de esas que hacen saltar las alarmas de los coches y ladrar a los perros.
Elisabeth Sparkle es una actriz que acaba de cumplir 50 años. Fue una de las grandes celebridades cuando era más joven, pero ahora presenta un programa de ejercicio -algo parecido al famoso VHS de Cindy Crawford Shape Your Body Workout de principios de los años 90-. El 'show' ya no funciona y el productor la despide, lo que provoca una crisis en Sparkle. A su vez, recibe un extraño anuncio: el de una droga del mercado negro que promete crear una versión mejorada de ella misma.
El proceso es doloroso -inyectar La Sustancia supone rasgarse la espalda de arriba a abajo y punciones lumbares, entre otras cosas- pero el resultado es increíble. De Sparkle nace Sue, una versión más joven de ella. La única regla que hay que seguir para que todo funcione es simple: respetar un equilibrio. Esto supone que Sparkle y Sue deben intercambiarse cada siete días. Mientras una está despierta, la otra duerme. Claro que, cuando Sue alcanza el éxito, el plan ya no está tan claro.
El filme de Fargeat es inteligente en su potente metáfora y sátira sobre cómo percibe la sociedad a las mujeres cuando envejecen. También la experiencia femenina de la relación entre cuerpo y percepción propia y ajena está retratada con grandes matices. La dictadura de la belleza y la juventud es otro de los corazones de la película. Todo ello protagonizado por una titánica Demi Moore en un personaje que conversa mucho con ella como mujer que ha crecido en Hollywood. En la línea de Moore está una impecable Margaret Qualley, que da vida a Sue.
Fargeat ha construído una película que es una salvajada y puro goce. La sustancia escupe al espectador con su estupenda combinación visual y sonora: los primeros planos de objetos, bocas y ojos revestidos unidos a los tremendos golpes sonoros de las acciones convierten el filme en una de las experiencias cinematográficas del año.