Los años setenta en Texas fueron el escenario elegido por el asesino en serie Dan Corll para sembrar el terror. Corll será el responsable de la muerte de más de veinte niños en la zona y grabará los asesinatos para hacer películas snuff con la ayuda de dos adolescentes llamados David Brooks y Wayne Henley. Gracias a la labor de la policía acabará siendo encarcelado y condenado a cadena perpetua en la cárcel. Una vez allí, decide contar su propia historia para explicar sus motivos y sus profundos pensamientos. La película Jerk se sumerge dentro de la mirada y el cerebro del asesino para intentar explicar porque tanta violencia.