Aunque la premisa de perder de repente la vida y la identidad parece demasiada fantasía, el director Arian Vazirdaftari considera que se trata de algo muy realista para una sociedad donde "te culpan por lo que eres" y en la que "la elección individual no es más que una ilusión si los demás se empeñan en definirte de otro modo". Con esta película busca reflejar el represivo contexto de la sociedad iraní.
Sin ella fue escogida para ser proyectada en varios festivales de cine, incluyendo el prestigioso Festival de Venecia, que la incluyó en la sección de Horizontes Extra.