Jade se ve atrapada en una red peligrosa, donde se encuentra entre dos fuerzas opuestas y muy poderosas. Por un lado, está un hombre de negocios despiadado, cuya influencia y conexiones le permiten manipular a las instituciones más altas, y por otro, un líder de banda criminal, que ve el disco duro como la clave para consolidar su dominio en el submundo. Este disco contiene información extremadamente valiosa que podría poner en riesgo las investigaciones de la Interpol, revelando vínculos oscuros entre la élite política y el crimen organizado. Mientras se ve forzada a navegar entre estos dos enemigos implacables, Jade lucha con su propio dolor y arrepentimiento. La muerte accidental de su hermano, a quien mató sin querer durante un enfrentamiento con los criminales, la persigue constantemente, sumiéndola en una culpa insoportable. Sin embargo, ella sabe que no puede rendirse: tiene una misión aún más urgente que cumplir.
Con su hermano muerto, Jade se convierte en la única persona capaz de proteger al hijo nonato de él, quien está esperando una mujer ajena a los lazos familiares, pero que pronto se verá arrastrada también a esta peligrosa situación. El niño, que todavía no ha nacido, es lo único que queda de su hermano y Jade se ve obligada a protegerlo, aún sin saber muy bien cómo. En medio de la traición y el peligro constante, sus habilidades, tanto mentales como físicas, se convierten en su único recurso. Para recuperar el disco duro y evitar que la información comprometida se filtre, Jade deberá valerse de todo su ingenio y valentía, enfrentándose a situaciones extremas, mientras trata de cumplir con su promesa de mantener a salvo la memoria de su hermano y a su futuro sobrino. Cada paso la acerca a un destino incierto, donde su propia redención depende de sus acciones en el peligroso juego entre el poder y el crimen.