Últimas opiniones sobre Réquiem por los que van a morir

Martin Fallon, un activista del IRA, abandona la organización tras una crisis de conciencia que lo lleva a cuestionarse los ideales por los que había luchado. Con el propósito de emprender una nueva vida, se traslada a Londres, pero sus antiguos compañeros del IRA lo siguen hasta allí. Un gángster le ofrece ayuda, pero, a cambio, tendrá que matar a uno de sus rivales. Fallon accede, pero un sacerdote católico es testigo del asesinato.

Una película que aborda un tema muy serio y que no lo trata como tal, Rourke mata pero sufre, es la crisis moral de un miembro del IRA y su lucha por abandonar dicha organización terrorista. Todo esto acompañado de varios subtextos, uno amoroso que no interesa tanto y otro muy marcado por la fé y la religión como elemento de salvación y como algo a lo que aspirar para redimirse. La religión borrará todos sus pecados y será esta la que marque el momento en el que Rourke ya haya pagado por su pasado. Tiene pues un peso importante sobre todo como la antítesis de la violencia. La música también tiene un peso importante, las escenas de Rourke tocando el órgano quitando lo bello de la escena, es una anexión con Dios, es la muestra de que por muy violento y malévolo que es, esconde algo bonito y puro dentro de sí como la música misma y que quiere explorar.
Es cruda y contundente pero también intimista, una obra que a veces peca de no ser seria y con algún fallo, véase en; el jefe de la policía se ve con el asesino más peligroso y buscado y no lo reconoce, luego por qué el cura se siente amordazado por el secreto de confesión si ha sido testigo vidente del crimen y la información no la ha obtenido mediante confesión, la bomba del final supuestamente tenía la capacidad de volar un estadio de fútbol y luego la explosión es ínfima. Y los villanos son caricaturescos, de opereta, y no resultan coherentes con el tono de la película, si incluso deja atada a la chica en lo alto del edificio junto con la bomba como si fuera un dibujo animado.

Por lo general buen film con alguna escena muy potente como ese inicio cruel y visceral, una gran banda sonora y un Rourke entregado al papel. (Sabiendo también que Rourke se ha declarado en apoyo al IRA). Un asesino con crisis de conciencia rodeado de un conflicto que no entiende de piedad, en busca de una salvación que nunca obtendrá con plenitud, porque sabe lo que ha hecho, sabe que es un asesino y sabe que no puede devolverle a la gente todo lo que les ha sido arrebatado.