AFTERFUN
Película inglesa del 2022, de una duración de 98 minutos, con una valoración de 4/10 opera prima bajo dirección y guión de Charlotte Wells.
Relación vacaciones padre hija
Sophie (Francesca Corio) y Callum (Paul Mescal), ella 11 y él 31, padre he hija comparten unos días de vacaciones en un hotel en Turquía. Callum lleva varios años separado de la madre de Sophie, ya no vive junto a ella en Edimburgo, sino que se mudó a Londres, pero detrás de la imagen de padre atento y compinche, que se preocupa en demostrar, se esconde una profunda tristeza de frscaso. Callum está perdido en los laberintos de la adultez, de una paternidad no planeada y en una existencia que tampoco lo era. Tristeza que ella descubrirá con el correr de los días, mientras se asoma a las primeras experiencias de la adolescencia.
Charlotte Wells, una directora y guionista escocesa de 35 años que en su ópera prima ajusta cuentas pendientes con el padre al que perdió cuando tan solo era una niña. A través de actuaciones muy naturalistas y una refinada puesta en escena con sentido del tempo, la iluminación y el espacio, ante este home movie, de unas vacaciones, en la que se pregunta que hubiera sido, pero no es un ejercicio melancólico sobre el pasado, sino ante la búsqueda de alguna certeza en el presente. Sophie en la actualidad, con suficiente edad y con un hijo, define la línea argumental pareciendo encontrar en su recuerdo las respuestas a las preguntas que alguna vez se hizo años atrás.
Por momentos luminosa y sutil, por otros, densa y sombría. Nostálgica y devastadora. Una película que
destaca por su sensibilidad y su patina madurez narrativa.
Es un viaje al final de la noche de los recuerdos, es uno de esos filmes indie en el que los entendido anuncian como grandes sorpresas del año, pero que para la calle tiene otro encaje. Un notable perspectiva sobre los sueños rotos y los futuros cercenados de una adolescente.
Si bien se prescinde de un argumento explicativo, o de una trama convencional con inicio, desarrollo y final, su estilo lento semicontemplativo le viene bien a sus intenciones. Wells construye un recuerdo extraído de la subjetividad y la falsa memoria de una niña preadolescente, que propone un giro al género coming-of-age: entre la nostalgia y la herida, conjugando un sofisticado vocabulario
que aúna clasicismo y experimentación.