Pam (Julie Bowen), la madre de Jamie (Kiernan Shipka), está aterrorizada por el regreso a la localidad en la que viven del asesino de los "Dulces dieciséis": un maníaco enmascarado que masacró a un grupo de adolescentes en los años ochenta. Tras pasar de los consejos de su madre, Jamie es atacada por el criminal. Pero, por un giro de los acontecimientos, durante el ataque viajará por un extraño suceso hasta 1987, donde formará equipo con la versión adolescente de su madre (Olivia Holt) para intentar detener al asesino.