La película nace de una vivencia familiar del director Paco Arango, que creó una historia que calmase a su madre durante los dolores que padecía a sus 88 años.
Los beneficios de la película se destinarán a la Fundación Aladina, presidida por el propio director Paco Arango. Una parte de los beneficios irá también destinada a ayudar a los afectados por el volcán de La Palma.