En un universo paralelo el dictador chileno Augusto Pinochet, símbolo del fascismo mundial, no sólo no está muerto sino que sobrevive como vampiro recluido en una mansión abandonada en el gélido extremo sur del continente, saciando su apetito de maldad para subsistir. Aunque tras 250 años de rutina sanguinaria, decide dejar de alimentarse de víctimas y renunciar a la vida eterna como vampiro. Pinochet, harto de ser recordado como ladrón deplorable y también de unos descendientes arribistas y decepcionantes, busca motivación para seguir adelante en una relación inesperada, pero esta vez con una vida de pasión contrarrevolucionaria.