Una comedia irregular
por Rodolfo SánchezImaginarse una banda de rock compuesta por Adam Sandler, Brendan Fraser y Steve Buscemi resulta, como poco, curioso y llamativo. Y en Cabezas huecas, su director, Michael Lehmann lo hace, junto a tres actores que nada tienen que ver entre ellos para dejarse llevar y convertirse, como el título de la película indica, en tres jóvenes, o no tan jóvenes, sin nada en la cabeza que secuestran una emisora de radio para ser escuchados. El planteamiento no es malo y los actores sacan hacia delante la película como pueden, pero sus casi dos horas de duración hacen de Cabezas huecas una obra alargada en exceso, y lo que podría ser una idea divertida acaba siendo una simple excusa anecdótica. Lehmann, que prometía mucho más de lo que dio tras su ópera prima, Escuela de jóvenes asesinos, no es capaz de aportar ingenio ni imaginación a unas imágenes simples y convencionales que buscan que el guion y los actores hagan todo. El problema es que el primero es escaso y los segundos no pueden con todo. En definitiva, una comedia simplista y que, en un rato muerto, puede llegar incluso a entretener.
A favor: Los actores.
En contra: Que es demasiado larga para lo que narra.