Crítica de SensaCine.com para Los viajeros de la noche: Vampiros en la carretera

La heterodoxa aproximación a los géneros cinematográficos populares que llevó a cabo Kathryn Bigelow en los años ochenta resulta altamente reivindicable. Si en 'Le llaman Bodhi' cruzaba cine de surfista con thriller policial con resultados sorprendentes en 'Los viajeros de la noche' lleva el cine de vampiros al terreno de las road movies de desperados y al western más polvoriento.

Aquí los chupasangres no son sofisticados aristócratas decadentes ni atractivos jóvenes malditos, sino una familia muy sui generis que vaga por las carreteras de Estados Unidos entre la oscuridad y el polvo, como una banda de vaqueros desarraigados en un western crepuscular. Bigelow tomó prestado buena parte del casting de 'Aliens' y les sumó una serie de intérpretes poco conocidos o demasiado olvidados. Todo ello le otorga al film ese punto de película pulp, de serie B carne de culto, pero con la fuerza visual propia del cine de los ochenta.

A favor: el ataque en el bar de carretera.

En contra:  el tan poco atractivo cartel del film.