Crítica de SensaCine.com para Depredador 2: En la jungla de asfalto

'Depredador 2' traslada la acción de las selva tropical de Centroamérica a la jungla urbana de Los Ángeles. La especie alienígena sigue practicando la caza mayor de seres humanos, esta vez en una gran ciudad que la película retrata como si fuera tan o más peligrosa que la selva más remota.

Con un calor húmedo que lo impregna todo, Los Ángeles ha sucumbido a la guerra de bandas de narcotraficantes enfrentadas  que se dedican a practicar el vudú entre otras artimañas para minar los ánimos del contrario. En una comisaria de policía que es como un hormiguero humano, el equipo multiétnico formado por Danny Glover, Rubén Blades y Maria Conchita Alonso (a quienes se suma más marte Bill Paxton) intenta encontrar al responsable de los descuartizamientos masivos que están teniendo lugar en la ciudad. Glover le toma el relevo a Schwarzeneger como action hero, y lo que la película pierde en violencia espectacularizada lo gana en grosor psicológico.

A favor: el retrato de Los Ángeles como una jungla y el elenco tan poco WASP.

En contra: el tramo final de enfrentamiento entre Glover y el Depredador, lo que tiene menos fuelle de la película cuando debería ser justo al contrario.