"Robocop" es un entretenido y eficiente clásico ochentero de ciencia ficción y policíaco, dirigido por Paul Verhoeven y protagonizado por Peter Weller.
Los guionistas Edward Neumeier y Michael Miner concibieron la idea de "Robocop" (1987) una tarde en que se encontraron con un cartel del film de culto "Blade Runner" (1982) de Ridley Scott y Neumeir se enterara por su amigo, que la película trataba de un policía que cazaba robots. Posteriormente, una vez terminado el guión y con la intención de ofrecerlo en Hollywood, la anécdota los llevará a encontrarse accidentalmente con un ejecutivo de la desaparecida Orion Pictures durante una larga espera en un aeropuerto, quien quedaría prendado de la historia. Sin embargo, el productor Arne Schmidt no ofrecería la dirección de lo que será "Robocop" (1987) primero al holandés Paul Verhoeven, sino al británico Alex Cox, que venía de filmar sus clásicos, la filosófica "Repo Man" (1984) y biográfica "Syd & Nancy" (1986) y al creador de la serie de TV "The Incredible Hulk" (1978-1982), quien lo rechazaron por simple y violento. Y hay que decir cuando se le ofreció a Verhoeven, a quien en primera instancia no le pareció ninguna maravilla y sería su esposa quien le hiciera ver que el guión tenía cuestiones de crítica social y filosofía detrás de su esencia de película de ciencia ficción, para finalmente convencerlo de aceptar el desafío. Terminaría siendo la segunda película del futuro director de "Total Recall" (1990) en Estados Unidos, pero ciertamente Verhoeven ya era un director respetado por su trabajo en Holanda, con películas como "Wat Zien Ik” (1971), "Turks Fruits" (1973) y "Soldaat Van Oranje" (1977). "Robocop" (1987) se convertiría en la oportunidad de Vehoeven de experimentar con el cine de acción y dejar las críticas polémicas que acostumbraba a rodar en Amsterdam.
Además de la confesa influencia del clásico "Blade Runner" (1982) de Ridley Scott, Neumeier y Miner encontrarían inspiración en el reciente film, que también llegaría a ser de culto, "Terminator" (1984) de James Cameron, pero esencialmente ambos guionistas querían presentar una sátira despiadada de los Estados Unidos de los 80s. Así, el guión se expone como una ácida crítica a la Administración Reagan, donde principalmente los hombres de negocios no sólo se estaban volviendo ricos, sino que eran realmente despiadados. De hecho, el personaje que aparece como responsable del proyecto "Robocop" en la película, Bob Morton, es el epítome de los "yuppies" ochenteros, de esos que aplicaban filosofía de artes marciales a los negocios, y que no tenían el menor escrúpulo para "despedazar" o arruinar a su competencia. Además de tratar cuestiones asociadas al depradador mundo de los negocios, la cinta también aborda temáticas como el capitalismo y la privatización, la carrera armamentística, la desventaja de la policía en su lucha contra el crimen organizado y la corrupción decadencia sociales. Los dos primeros temas tienen estrechamente que ver con el punto que describí en el párrafo anterior y, por tanto, forman parte de la crítica a la Administración Reagan sobre el culto al individualismo y al competitivismo socioeconómico de la sociedad estadounidense. Por su parte, la carrera armamentística y la desventaja de la policía frente al crimen organizado se presentan como dos realidades que terminan inevitablemente cruzándose, en primera instancia por la agresiva competencia de proyectos de armamento policíaco entre Bob Morton y Dick Jones, y en segundo lugar por el papel del crimen organizado en esta rivalidad, que tiene a Jones con ventaja, gracias a sus lazos corruptos con Clarence Boddicker.
Si bien Verhoeven logra recrear efectivamente el lóbrego ambiente callejero de Detroit, no cabe duda que la impune y letal incidencia de Boddicker y sus secuaces constituirá en el epítome de tierra sin ley en la que los civiles de Detroit viven, y en donde es muy poco lo que un par de oficiales, como Murphy y Anne Lewis. Y podríamos agregar otras cuestiones interesantes, como la gentrificación (especulación inmobiliaria a partir de la reformulación de espacios urbanos) que representa la firma OCP, que pretende hacerse con los servicios básicos de la ciudad, y la huelga de la policía de Detroit, que ve con malos ojos que los tentáculos de la propia OCP pueda lanzar en la institución. Esta rivalidad ideológica, porque al fin de cuentas de eso se trata la trama en sus líneas más profundas, también se materializará en los diseños de los robots, el letal ED-209 y el Cyborg Robocop. El primero prácticamente indestructible, es una máquina diseñada para atacar y matar (y la escena de la demostración es elocuente), mientras que el ciborg supone un dejo de ética por su componente humano, lo que no deja de ser interesante porque la robótica responde a los intereses de sus inversionistas. Por eso es que el sistema operativo de Robocop incluirá cuatro directrices funcionales, que intentan combinar el mejor criterio policíaco y su concepto básico como arma. Verhoeven no escatima en mostrar la violencia del asesinato de Murphy como un claro indicio de una realidad hiperbolizada, pero realidad al fin de cuentas.
De hecho, la ejecución de Murphy debe ser una de las más escenas más brutales de los 80s y aún hoy provoca una situación de incomodidad, por sus implicancias visuales y emocionales, y la perspectiva de la muerte y resurrección que el espectador tendrá desde el propio Murphy, en donde la secuencia de los paramédicos intentando salvarlo fue protagonizada por personal médico real. Con el cuerpo de Murphy desmembrado a punta de escopetazos y metralletas, Verhoeven nos recuerda la vulnerabilidad humana ante la propia violencia que provocamos, una suerte de advertencia que estamos siempre al borde de naturalizar la extrema violencia. Verhoeven ironiza, a su vez, con la muerte de los villanos, comenzando por el propio Boddicker que cae empalado por Robocop pero aún más con Emil, uno de los esbirros de Boddicker, que termina horriblemente deformado con ácido y absolutamente desintegrado al ser impactado por un vehículo, en una escena en que Verhoeven da muestra de su interesante sentido del humor negro, y donde se puede ver también el efectivo trabajo de efectos especiales de Lawrence A. Aeschlimann, que ya nos había impactado en la escena en que Boddicker y sus acólitos destrozan a Murphy. El diseño de Robocop, en tanto, fue encargado a Rob Bottin ("The Thing", 1982), quien tuvo varios problemas para satisfacer los requerimientos de Verhoeven. Al igual que los guionistas para estructurar el personaje, Bottin se inspiraría en el antihéroe Judge Dredd (1977) y el ciborg Rom, el caballero del espacio (1979) para el diseño de Robocop, logrando construir tras 10 meses 6 trajes, 3 normales y otros con daños, siguiendo la fisonomía de Peter Weller, a quien debían colocar el traje por partes.
Además, inicialmente el traje tenía un color azul brillante que terminó siendo descartado y reemplazado por un tono más grisáceo para resaltar una naturaleza más metálica. Finalmente, se decidió que Robocop portara una pistola ametralladora, una Beretta 93R, que se guardaba en un dispositivo independiente del traje en el muslo derecho del ciborg. Por otro lado, La banda sonora del film quedó a cargo de Basil Poledouris ("Conan, The Barbarian", 1982), quien compuso una partitura que mezcla música orquestal y electrónica, muy pertinente a la trama del robot humano, como los destacados temas de Robocop y ED-209, y otras canciones más introvertidas para cuerda, como la conmovedora escena en que Robocop regresa a casa. Debido al éxito de "Robocop" (1987), el film tendría dos secuelas, "Robocop II" (1990) de Irvin Kershner y "Robocop III" (1993) de Fred Dekker, ambas de éxito menor. Además, el remake "Robocop" (2014) de José Padilha no tuvo mucha repercusión y ni tampoco buenas críticas. A inicios de los 90s, en tanto, Kevin Gillis, Brian K. Ross y Stephen Downing produjeron la serie "Robocop" (1994), que sólo duró una temporada principalmente porque fue enfocada a público infanto-juvenil, prescindiendo entonces de la violencia de la primera. Finalmente, a inicios de este siglo, se estrenaría la miniserie de 4 capítulos, "Robocop: Prime Directives" (2000) de Julian Grant. También se contabilizan dos series animadas, "RoboCop" (1988) y "RoboCop: Alpha Commando" (1998-1999), videojuegos y cómics publicados por Marvel y Dark Horse, que incluyen un crossover con "Terminator" (1992) y una historia de Fran Miller, en base al guión rechazado en "Robocop II" (1990).
Las actuaciones son correctas, el reparto estuvo encabezado por el eficiente, aunque desconocido Peter Weller, quien da vida al melancólico Alex J. Murphy y luego al implacable Robocop. Antes de que los productores escogieran al protagonista, hay que comentar que se contempló a Rutger Hauer, Arnold Schwarzenegger y Michael Ironside, pero Weller sería escogido principalmente por no ser tan conocido y su pronunciada mandíbula. Nancy Allen se quedaría con el papel de Stephanie Zimbalist, después de que Anne Lewis desistiera de él. La relación que establece con el personaje de Murphy/Robocop es del tipo "la bella y la bestia", aunque no termine en romance. Ella se compadece de él y él parece dispuesto a cargar con su maldición, privilegiando la venganza. El resto de los personajes, integrado prácticamente por villanos, contempló a los actores Ronny Cox, quien encarna al inescrupuloso vicepresidente de OCP, Dick Jones. Un joven Mel Ferrer es Bob Morton, creador del proyecto de Robocop, que está lejos de ser un ejemplo de ser humano. Kurtwood Smith interpreta al violento sicario Clarence Boddicker, que encabeza el grupo delictual que trafica drogas y mata policías. Y Paul McCrane personifica a Emil Antonowsky, uno de los más violentos esbirros de Boddicker y que los espectadores recordarán por su apoteósica muerte.
En definitiva, entretenido y eficiente clásico ochentero de ciencia ficción y policíaco, con un evidente discurso crítico sobre la violencia y los grandes protagonistas de los 80s, el capitalismo y la privatización, y una buena factura, a pesar de no contar con grandes presupuestos como "Blade Runner" (1982) y "Terminator" (1984). La cinta fue nominada a los Oscar a la Mejor Edición de Sonido, a la Mejor Edición y al Mejor Sonido, obteniendo uno especial en la primera categoría. También recibió nominaciones a los BAFTA al Mejor Maquillaje y Efectos Visuales. En los Saturn Awards, ganaría el premio a la Mejor Película de Ciencia Ficción, Mejor Director, Mejor Guión, Mejor Maquillaje y Mejores Efectos Especiales, y fue nominado a Mejor Actor, Mejor Actriz y Mejor Vestuario.
FilmeClub605426824.wordpress.com