"Terminator" es uno de los grandes clásicos de ciencia ficción de la historia del cine. En un futuro, tras el holocausto nuclear, las máquinas se revelan y dominan la tierra. La humanidad está condenada a extinguirse, pero un grupo de rebeldes está siendo capaz de revertir la situación. Entonces, las máquinas envían un T-800 para matar a la madre del futuro líder de la resistencia e impedir así su nacimiento. Sarah Connor, que de la noche a la mañana se ve envuelta en una trama de persecución y de supervivencia cuando dos extraños viajan desde el futuro, desde el año 2029, un ciborg que busca eliminarla para que no dé a luz al futuro líder de la resistencia humana y un soldado que busca protegerla. A partir de ese momento, no podrá dormir tranquila nunca más y tendrá que confiar en el extraño soldado futurista que ha viajado para cuidarla si quiere sobrevivir.
Un film muy bien dirigido, con altas dosis de destrucción, balas y adrenalina. En ese sentido, la película no decae, salvo quizás en las escenas de romance, pero mantiene prácticamente todo el tiempo el ritmo, manteniendo entretenido al espectador. Una historia perfectamente narrada con muchísimos detalles que están muy por encima de los robots o de los efectos especiales. Es ciencia ficción de la buena. La banda sonora es penetrante con una melodía que inquieta y con un ritmo implacable. Ahora bien, aunque el guión fuera muy contundente, la cinta contaría con muy poco presupuesto y eso se nota bastante, más aún con el paso de los años. Claramente James Cameron dosifica los efectos especiales y pone mucho más en la acción, no le queda más remedio. La dirección es bastante buena, además, hay que darle más mérito aún, teniendo en cuenta la época en la que se realizó. En los ochenta la ciencia ficción era un subgénero y, salvo unos pocos valientes, nadie más se atrevería con un proyecto como éste.
Los efectos especiales, para su época son bastante buenos, incluso para día de hoy, aunque se nota el maquillaje y el muñeco de Schwarzenneger. Con todo, me quedo con el ciborg en estado puro, en las escenas finales, del que parece que Sarah nunca podrá escapar. Si bien es necesario para sustentar el origen del líder de la resistencia humana, me parece un poquito forzado y hasta obvio el romance entre Sarah y Kyle. Él porque está enamorado idílicamente de ella y por eso se ofrece para viajar al pasado, y ella porque está irremediablemente sola y necesita aferrarse a algo o alguien. Es una de esas pocas películas capaces de hacerse un hueco dentro de la historia del cine, y esto no es por casualidad. Además significó un punto de inflexión en el mundo de los filmes de ciencia ficción y en el cine en general por los mencionados efectos especiales. La forma de el Terminator asesino, está basada en diferentes pesadillas que Cameron tuvo estando enfermo.
Las actuaciones son bastante correctas, en cuanto al reparto, tampoco tiró la casa por la ventana. Contó con actores y actrices prácticamente desconocidos, aunque hay que decir que cumplieron a la perfección y muchos de ellos son, hoy en día, actores consagrados. Arnold Schwarzenegger, se le ofreció el papel de Kyle Reese, pero se dieron cuenta que el papel de el Terminator le venía mucho mejor. Entonces cambiaron la concepción del T-800 y le convirtieron en un cyborg mucho más grande y musculado, siendo una actuación impecable. Probablemente el papel de su vida y que creó a otro de los villanos clásicos de la historia del cine sin duda alguna. Linda Hamilton protagoniza el film que ve nacer a otro mito como es Sarah Connor. Aquí conocemos la parte más humana de la actriz. Una mujer ordinaria que asume que debe sobrevivir para cumplir con la profecía. y Michael Biehn como Kyle Reese, el soldado humano del futuro, que viaja en el tiempo para cuidarla y que en el fondo está enamorado de ella.
En definitiva, clásico imperecedero que iba para ser una película ochentera más, reforzada en su posición a lo largo de la años por méritos propios y por esa espectacular secuela que consigue paliar y de que manera las costuras técnicas que en algunos momentos se ve que tiene por falta de medios. Nos encontramos con una buena historia, un buen reparto, una maravillosa banda sonora, buen ritmo, unos magníficos efectos especiales y todo esto con un presupuesto escueto. Ejemplo perfecto del cine de acción y entretenimiento que inundaba las salas allá por los ochenta. Un género muy denostado por sectores exclusivistas y académicos pero que sin duda ha sobrevivido contra viento y marea gracias a películas como Terminator.