NUESTRA INÚTIL RIVALIDAD
La Reina Esmeralda odia a los hombres porque siempre han condicionado su vida y le han quitado la libertad, así que no está dispuesta a que sus hijas tengan el mismo destino que ella. Cuando pasan cerca de una isla que la Reina cree desierta, invoca una tempestad que hunde el barco en el que viajan. Quieren vivir ahí para estar sin más hombres pero están equivocadas y no están solas. Aquí comienzan las aventuras, los líos, los enamoramientos y las confusiones.
Me crea cierta gracia conocer historias cómo ésta, sobre todo, por la actual situación política y social de la que no discutiré hoy que desde hace siglos pecamos, con ignorancia, y culpamos a nuestro género opuesto, sin preocuparnos por nosotros mismos y hacer de los errores una acción positiva y productiva. Rivalizamos hombre y mujer, cuándo en realidad, la culpa es del ser humano, y ese es nuestro rival: nuestra naturaleza (justo ayer tuve una conversación sobre este tipo de temas).
Este contenido es muy recurrente en todos los campos, y el director Villanueva ha sabido buscarle ingenio, descaro, humanidad y humor, sobre todo en la parte final, menuda ansia amorosa, no me pude reír más. Mucho merecimiento por los terrenos en los que se introduce la historia y las personalidades de los personajes, todos con unos comportamientos pueriles, unos desde la experiencia, otros desde la ignorancia, cómo el caso del personaje de Carlos Cuevas, quién más me ha llamado la atención, sin olvidar a los demás: Ana Moliner, Fernando Guallar, Alexandra Giménez, Gonzalo de Castro y Emma Suárez. Estos últimos dos proyectan lo mejor de la película: la relación entre ambos.
Aunque La Ternura se revela y se engrandece por sí mísma, pisa charcos en los que hoy en día carecen de sentido común, pues está basada en la obra de teatro de Alfredo Sanzol (ambas con el mísmo título) quién atrae las características shakesperianas a sus obras, tal y cómo podemos notar también en la gran pantalla: melodramatismo, interpretaciones estrafalarias y sobre todo y lo más fácil de notar, su vocabulario clásico, ese del que nadie quiere saber a día de hoy, que es molesto para todo el mundo y eso me irrita.
RICHIE VALERO ARROYO, OCTUBRE 2023, ESPAÑA.