En la Segunda Guerra Mundial sucedió un hecho singular que acabaría siendo conocido como el Batallón 6888, una parte del ejército que estaba compuesto únicamente por mujeres negras. No fueron pocas, concretamente fueron unas ochocientas mujeres que se unieron para poder ayudar en la guerra. La misión que se les asignó fue el tener que ordenar y tramitar la acumulación de tres años de correo no entregado, unas aproximadamente diecisiete millones de cartas. Gracias a esta labor los soldados estadounidenses pudieron volverse a conectar con sus seres queridos en casa.