Mientras pasea por el bosque, Iris conoce a un tipo llamado Richard. Éste saca de repente una jeringuilla e inyecta a la joven un líquido. Cuando Iris, completamente sorprendida, le pregunta qué acaba de hacer, él le explica que le quedan unos 20 minutos antes de que su organismo deje de funcionar. Poco a poco, perderá el control de sus extremidades y la capacidad de hablar. Y aunque su cuerpo estará completamente paralizado, al final ya no podrá respirar. Iris pone en marcha una cuenta atrás en su reloj de pulsera e intenta volver a la civilización lo antes posible para encontrar ayuda. Se sorprende al darse cuenta de que todo está sucediendo exactamente como le dijo el psicópata que ha estado siguiendo todos sus movimientos. Primero pierde la sensibilidad en las manos y luego las piernas empiezan a fallarle.