El documental dirigido por Toby Amies se adentra en el singular mundo creativo de King Crimson, donde la libertad y la responsabilidad suponen un reto extraordinario para los miembros de la banda; atemperado únicamente por los aplausos de un público cuya adoración hace aún más difícil la vida de los músicos. Es un espacio gratificante pero también peligroso, donde lo extraordinario es posible, nada es seguro y no todo el mundo sale indemne.